sábado, 5 de noviembre de 2016

Unidad IV: Lírica: José Martí 
1) Debes buscar datos biográficos sobre la vida y obra de José        Martí.
2) Llevar a clase el poema IX, perteneciente a su obra "Versos sencillos".

                                                               IX
                     Quiero, a la sombra de un ala,
                                contar este cuento en flor:
                                la niña de Guatemala,
                                la que se murió de amor.

                               Eran de lirios los ramos;
                              y las orlas de reseda
                              y de jazmín; la enterramos
                              en una caja de seda...

                             Ella dio al desmemoriado
                             una almohadilla de olor;
                            él volvió, volvió casado;
                            ella se murió de amor.

                           Iban cargándola en andas
                           obispos y embajadores;
                         detrás iba el pueblo en tandas,
                         todo cargado de flores...

                         Ella, por volverlo a ver,
                        salió a verlo al mirador;
                        él volvió con su mujer,
                        ella se murió de amor.

                       Como de bronce candente,
                       al beso de despedida,
                      era su frente -¡la frente
                      que más he amado en mi vida!...

                      Se entró de tarde en el río,
                      la sacó muerta el doctor;
                     dicen que murió de frío,
                     yo sé que murió de amor.

                   Allí, en la bóveda helada,
                  la pusieron en dos bancos:
                  besé su mano afilada,
                  besé sus zapatos blancos.

                 Callado, al oscurecer,
               me llamó el enterrador;
               nunca más he vuelto a ver
               a la que murió de amor.


       

Actividad en base al Canto VII de Martín Fierro
Lee atentamente las primeras cuatro estrofas del Canto VII. Teniendo eso en cuenta, debes señalar ya anotar en tu cuaderno aquellos datos que nos informan sobre la situación del personaje. 

sábado, 22 de octubre de 2016

Tarea domiciliaria para el día martes 25 de Octubre.

Teniendo en cuenta la caracterización del personaje del Canto I de "Martín Fierro", debes realizar una producción escrita que incluya las características trabajadas en clase. 

martes, 4 de octubre de 2016

Actividad grupal: máximo tres integrantes.
Teniendo como base lo trabajado sobre la obra dramática “La isla desierta” de Roberto  Arlt, debes encontrar al menos tres similitudes entre esta y el video de la canción “La isla desierta” de Calle 13. Luego de que realices dicho trabajo, debes buscar la letra de la canción y encontrar las conexiones que creas pertinente.


La isla desierta (La vuelta al mundo - Calle 13)

Actividad: (máximo tres estudiantes)

Teniendo en cuenta la lectura completa de la obra “La isla desierta” debes realizar la caracterización de dos de sus personajes: Manuel y Cipriano. (Mínimo cinco características de cada uno de ellos).


Cipriano (Mulato)
Manuel













 
 






miércoles, 28 de septiembre de 2016

Actividad de carácter individual:
En la primera parte de la obra el personaje de la Empleada 2º manifiesta lo siguiente: “Parece mentira que ninguno haya viajado”; teniendo en cuenta esta cita debes responder las siguientes interrogantes:
A)    ¿Has viajado alguna vez?
B)    ¿A dónde?

C)    En caso de haber viajado escoge una foto o un objeto que te recuerde a dicho lugar para compartir con tus compañeros. En caso de no haber viajado, puedes buscar en la web una imagen de un lugar al que te gustaría visitar.
Actividad en duplas:
Lee atentamente la primera parte de la obra "La isla desierta" de Roberto Arlt y realiza las siguientes consignas:
1)      ¿Sobre qué tema hablan los personajes de esta primera parte?
2)      Caracteriza al Jefe y a los empleados mediante tres adjetivos y explícalos.
3)      ¿Cuál es el elemento distractor en esta primera parte?
4)      ¿Qué provoca en los personajes?


jueves, 22 de septiembre de 2016

Grupos de trabajo 
Grupo 1                                       Grupo 2                        Grupo 3
Leaonardo Amaro                 Santiago Baltrons             Axel Corrales 
Guillermo Crucci                   Juan Echeverría               Lara Labandeira
Erika Araújo                          Martina González             Lautaro Grozzi
Gerardo Guelmo                   Martín Iturburo                 Mateo Lanz
Estephany Berrospe             Lucas Mezquita                Milena Amaro
Federico Pombo                   Valentina Agazzi               Sebastián Pérez
Ramiro Soria                        Santiago Quiroga              Facuando Rodríaguez
Álvaro Trucido                      Francisco Ruétalo             Matías Varela 
Lucia Laudicio                      Sebastián Veliz                  

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Trabajo externo en base a una obra dramática.

Estudiantes de tercer año dos les presento la propuesta del trabajo que van a tener que realizar como cierre de la obra “La isla desierta” de Roberto Arlt. Teniendo en cuenta dicha obra deberán seleccionar un pasaje del texto y representarlo mediante un cortometraje. Además de ello, el film deberá estar acompañado de una producción escrita donde se fundamente la elección de ese fragmento.

Para la realización del cortometraje deberán tener en cuenta los siguientes aspectos:
·                    Tiempo máximo de duración: 15 minutos.
·                    Deberán aparecer todos los integrantes del grupo al menos una vez.
·                   Pueden aparecer personas externas al grupo.
·                   Respetar el espacio en el cual se mueven los personajes de la obra (ambientar una habitación como oficina, utilizar el salón de clase).

Para la producción escrita es importante tener en cuenta:
·                 Máximo de extensión dos carillas.
·                 Fuente: Time New Roman 12, interlineado 1.5 .

Además del corto y la fundamentación deberán entregar por equipo un cuaderno de campo en donde deben realizar una ficha con la siguiente información:
·                Fecha en la que se reunió el equipo
·                Personas que se reunieron ese día y firma de cada una de ellas.
·               Hora de comienzo y finalización de la reunión de ese día.
·               Tareas que se llevaron a cabo en esa instancia y materiales utilizados.
Como anexo al cuaderno o carpeta de campo cada integrante del equipo deberá realizar una autoevaluación a cerca de su labor en el trabajo. Dicha autoevaluación puede ser de carácter anónima.

Única fecha de entrega martes 11 de Octubre. 

domingo, 24 de julio de 2016

Arboleya
Cuando viene el carro de Arboleya hay que ponerse contra el viento…
-Mismo. Sentís el olor antes de verlo…
Era así. Creo que él no era “muy cuidadoso de su persona”, pero hay que comprender que ni él, ni él carro, podrían oler bien. “Le pertenecía” al oficio el oler mal. El carro estaba toldado con bolsones de lana viejos, medio quemados de remedios de curar ovejas. La grasa lo había como encerado. Y en él ponía todo lo que compraba, que eran los deshechos de las estancias. Cueros de epidemia, tajeados o mal curados, garras, descascarreo. Sobrantes de grasa que las peonas iban echando, colada a colada, en latas pringosas, derrites que ranciaban. Huesos. Bolsitas de yel para los curanderos…
            Él vestía unas bombachas sujetadas con un cinto, ancho de un jeme, que bajaba desde los riñones al nacimiento del vientre, con lamparones de grasa y manchas de toda laya. Calzaba alpargatas tajeadas en el empeine, redondo como una galleta.
            Algún curioso, observando la carga, preguntaba a veces:
            -¿Pero dónde colocás eso, Arboleya?
            Y él respondía:
            -En el pueblo… El pueblo es como el chancho: aprovecha todo…
            -¿Pero en qué?
            -Si te digo que los güesos van a parar al azúcar y de las garras hacen “vernís”, te reirás…
            Entraban a conversar y entonces el curioso aceptaba que el negocio de Arboleya sería sucio, pero era bueno.
***
            En un cajoncito ponía lo de vender o cambiar. Prefería el trueque a la compra-venta. Las cosas de vender se las proporcionaba el Turco Navidad. Eran cosas para mujeres casi todas. Prendedores, guardapelos. Polvos y cremas para la cara. Santitos.
            En la orilla del pueblo tenía el rancho y un galpón de latas abiertas para guardar el carro.
            En el campo, en verano, acampaba en cualquier lado. En invierno, en los galpones de las estancias o en el depósito del almacén de Alves, término de su viaje.
            Hasta el día que resolvió cambiar de recorrido, para no “limpiar” muy seguido a sus proveedores.
            Fue cuando llegó por el camino viejo de Carapé a lo de Rosas, que tenía almacén y “compra de frutos”. Allí encontró el rastro de Méndez. Dio con él y esto le trajo cambios grandes en su vida.
***                                                                                                                                  
Con Méndez eran más que amigos. Se consideraban hermanos. Un día, sembrados por la vida, lejos uno del otro, se perdieron. Ahora, después de veinte años, se encontraron.
Hijos de peona los dos. Juntos habían crecido, mientras las madres lomeaban en las cocinas de las estancias o lavaban en el arroyo. Un día la madre de Arboleya se fue con un contrabandista y no se supo nunca más de ellos. Él quedó con la madre de Méndez, hasta que a la pobre la llevaron al camposanto. Méndez fue a dar con un herrero vasco, más bueno que el pan. De aprendiz, de cocinero y “hasta de asistente” porque el vasco, una vez al mes, iba al boliche y hasta que no estaba borracho neto, de caerse al suelo, no dejaba de tomar. Entonces Méndez, ayudado por el bolichero, lo cargaba en el carrito de pértigo y tocaba para la herrería.
Arboleya quedó solo en la estancia. Y como “no era responsable de nadie y nadie de él”, se fue al pueblo. Hizo de todo. Hasta dar con el negocio que tenía ahora.
Méndez cambió de pago y ya no se encontraron más. Hasta ahora.
***
Méndez se había casado. Era dueño de una herrería, una chacrita y padre de un niño. Estaba afirmado en la vida.
***
Después del encuentro, empezó una nueva vida para Arboleya.
Llegaba al almacén, dejaba el carro, se ponía en manos del barbero, levantaba una muda nueva y vestía un traje de sastrería, que depositaba allí, cuando regresaba. En invierno se bañaba en un viejo baño de ovejas; en verano partía hacia el arroyo.  Se cambiaba y regresaba que era “un tendero o un violinista de bien vestido”. Entonces se iba a lo de Méndez. Pasa allí cinco o seis días.
La felicidad de Méndez, la amistad caliente que le demostraba, aquellos “hermano” con que llenaba su conversación, le conmovían. La mujer le había despertado una ternura que nunca conociera y el “machito”, cuando él llegaba, le seguía por todos lados como un perro.
-Estando yo, no tiene ni padre ni madre- decía Arboleya feliz.
Lo paseaba a caballo, lo sentaba en la falda y le contaba cuentos de animales, inventaba aventuras y viajes por lugares extraños para entretenerlo. A veces le llevaba al almacén y lo vestía de pies a cabeza. Una vez le compró un traje de marinero. Fue cuando le tuvo que explicar lo que era el mar.
-Se lo expliqué… Y eso que nunca lo había visto… ¡Tava obligao!
Si le preguntaban por qué no se casaba, respondía:
-¿Pa qué?
-Pa tener casa, familia.
-¿Quiere mejor familia que la de Méndez?
-Bueno, pero…
-¡Esa es mi familia! Ella es buenísima. Él es un hombre especial y el niño no le digo nada… Me caso y a lo mejor me sale una quiebra-frenos y de hijo un pasmao… Pa mi esa gente es todo…
***
Estaba al término del viaje, cuando supo que Méndez era muerto hacía días. Fue una noticia que lo dejó sin habla. Saltó al carro y empezó a castigar los caballos como un loco. Al anochecer llegó a las casas.
***
Frente al rancho, vio la mancha negra que formaban la madre y el hijo. La ropa negra, el silencio y la inmovilidad, les fundían en una sola figura que iba juntándose con la noche.
Arboleya bajó del carro, con su olor a grasa rancia, a creolina, su barba de veinte días, las alpargatas deshechas, los dedos pisando tierra.
Ya sobre la mujer y el hijo se quedó sin saber qué decir, abrumado por aquellas presencias que tenían sobre sí la muerte del amigo.
La mujer se levantó lentamente, le estiró la mano muerta y se puso a llorar suavemente. El niño se apretaba contra ella, la cara fundida en el merino negro de la pollera. Luego se dio vuelta hacia la casa.
-Voy a buscarle el mate – dijo.
Y ya sobre la puerte:
No lo hago dentrar porque estoy sola…
Arboleya se acercó al carro. Se apoyó sobre las varas y se puso a llorar. Tenía la seguridad de que Méndez, al irse, se había llevado la mujer y el hijo y lo había dejado solo…

Más solo que antes, cuando era solo y no lo sabía…

domingo, 3 de julio de 2016

Trabajo externo sobre Gabriel García Márquez
       Consigna número uno:  Busca información sobre la vida y obra de Gabriel García Márquez, selecciona los datos más importantes y realiza una producción escrita de no más de diez renglones
Consigna número dos: - Lee el cuento “La siesta del Martes".
 -Construye y redacta el argumento.
                                                       -Busca,en el texto, citas en donde se de información acerca del          tiempo y el espacio en que se desarrolla la historia.
                                                        -Realiza la caracterización del personaje femenino.
                                                       - Explica qué provoca el calor en el lugar al que llegan la mujer y la niña.
                                                        -Busca, en el cuento un recurso literario de los  trabajados en clase y  explícalo.
         Consigna número tres: - Lee el cuento “Un día de estos”, 
                                        -Construye y redacta el argumento.   
                                                   -Realiza la caracterización del dentista mediante un dibujo que lo                                                            represente.
         Consigna número cuatro: - Lee el cuento “Espantos de agosto”.
                                              -Realiza un glosario con las palabras que no entiendas.   
                                             -Construye y redacta el argumento del cuento.
                                             -Lee las siguientes afirmaciones e indica si son       
falsas (F) o verdaderas (V). Justifica las falsas.
         La familia llegó a Arezzo un poco antes del mediodía.
         La pastora de ovejas le dijo a la familia que el lugar espantaba.
         La familia almorzó y cenó en el lugar, pero no se quedó a dormir.
         Al igual que el personaje Kassim del cuento “El solitario”, Ludovico del cuento “Espantos de agosto” mata a una mujer.
         Miguel Otero Silva le dice a la pareja que el espectro de Ludovico deambulaba todo el día por el lugar.
         El castillo poseía tres plantas, el dormitorio de Ludovico se encontraba en la segunda.
         Lo que le llama la atención al narrador personaje es el olor a fresas frescas que había en la cocina del lugar.
         La pareja despierta en el cuarto de Ludovico.
         Consigna número cinco: - Lee el cuento “Ladrón de sábado”  
                                            -Construye el argumento mediante una secuencia de no más de tres imágenes o mediante una historieta de no más de tres viñetas.    
                                         - ¿Por qué crees que el cuento lleva el nombre “Ladrón de Sábado”? Explícalo (para ello puedes tener en cuenta la clasificación de título trabajada en clase).
         Consigna número seis: - Lee el cuento “El ahogado más hermoso del mundo” y elige la o las opciones correctas.
                  Los niños pensaron que lo que veían en el mar era:
       Una ballena.
        Una lancha.
        Un barco enemigo.
        Un ahogado.

         Se compara el peso del ahogado con:
         El de una vaca.
         El de un muerto conocido
         Ninguna de las anteriores.

       Al limpiar al ahogado, las mujeres notaron que era:
         El más viril.
         El más fuerte.
         El más alto.
         Los problemas que se le prestaron al ahogado fueron:
         No encontraban una cama lo suficientemente grande para él.
         No podían peinarlo.
         No encontraban una mesa sólida para velarlo.

         Según el pensamiento de las mujeres, si el ahogado hubiese vivido en el pueblo en su casa hubiera habido:
         Puertas más anchas, el techo más alto, sillas más fuertes.
         Sillas más fuertes, el techo más alto, piso más firme.
         Puertas más anchas, techo más alto, piso más firme.

        Al ahogado le pusieron:
         Lautaro.
         Estiven.
         Esteban.
         Ninguna es correcta.

       A la gente del pueblo les dolió devolver huérfano al ahogado por eso le eligieron:
         Un padre, una madre, abuelos, primos y tíos.
         Un padre, una madre, primos y tíos.
         Un padre, una madre, hermanos, tíos y primos.
         Ninguna de las anteriores.

Pautas para la entrega del trabajo:
         Debe entregarse escrito a mano, no impreso.

         Única fecha de entrega: jueves 14 de julio.

sábado, 4 de junio de 2016

Juan José Morosoli
Soledad
    Domínguez llegaba recién de las lagunas cortadas, con la ración para el caballo. Era su única tarea. Iba allá todos los días a recoger gramilla de superficie, y hojas de parietaria de los troncos podridos de los sauces, para darle a su viejo caballo. Era éste un animal sin dientes, bichoco y con los ojos opacos de nubes lechosas. Pero era también la única cosa viva que tenía Domínguez, para ocuparse de algo en la vida. Después de alimentarse él, no tenía nada, absolutamente nada de qué ocuparse. Estas hierbas que Domínguez traía a su caballo, eran el único alimento que el pobre animal podía comer. Enflaquecía a ojos vistas y era seguro que no salvaría con vida el invierno que comenzaba.

    Ahora que había terminado con la tarea de racionar el caballo, Domínguez acercó la silla petisa, de asiento de cuero de vaca, hasta las tunas, se sentó y empezó el mate dulce. Era el desayuno.

   Pero no tenía azúcar. Hacía dos días que desayunaba, almorzaba y cenaba con mate dulce y el azúcar se había terminado.

    Pensó si iría a lo de un sobrino que tenía del otro lado del pueblo a procurarse algún alimento.

   No tenía deseos de ir, porque el sobrino, junto con algún trozo de carne, gustaba darle consejos. Siempre le decía que parecía mentira que siendo tan viejo no hubiera aprendido a vivir. Y Domínguez se tenía "que olvidar sus canas y sujetarse las manos para que no se le estrellaran en los cachetes del mocoso".

    Sí. No deseaba ir. Pero dos días sin comer ablandan el cogote... Tal vez podía pedir fiado en el boliche nuevo. Pero a lo mejor el bolichero nuevo estaba avisado por los bolicheros viejos... a los que Domínguez tenía "marcados y contramarcados". Y no es que fuera mal pagador. Lo que pasaba es que la pensión era muy chica. Y que cuando él cobraba se olvidaba que debía y se iba a comprar al centro con la piara en la mano.

    Además por tres o cuatro días le gustaba ver vino, queso y dulce en la mesa.

    Fue entonces que oyó el tambor y el clarín del circo. Un payaso jinete en un elefante andaba por las calles anunciando la función de la noche. Recordó enseguida que el hijo menor de Umpiérrez había pasado por allí, arrastrando una bolsa de gatos -una gata parida con seis gatitos- camino del circo.

    -¿Qué herejías le andas haciendo a esos bichos? -le preguntó.

    -Los llevo al circo... Compran gatos, perros y caballos, para darle de comer a las fieras...

    Domínguez miró al fondo del terreno donde estaba el caballo viejo.

    Que el animal estaba cerca del fin no había duda...

   -Habrá que enterrarlo, pensó. Sacarlo de allí en una rastra... Pagar por ese trabajo. . . La policía siempre aparecía en esos casos... El rancho estaba en la "planta urbana"... Un caballo muerto es un problema bárbaro.. . Si no estuviera en la planta urbana se muere y se lo comen los cuervos... Pero... Lo volvió a mirar y lo hallaba cada vez más flaco...

    Se paró con la yerba del mate sin mojar todavía. Se acercó al animal. Sobre los ojos tenía dos pozos como dos nueces... En el hocico empezaba a prosperar una granazón como una eczema fina y supurante. De noche tosía como un hombre. . . Algunos días ni las yerbas de la laguna comía... Pensándolo bien, con matarlo se le hacía un favor... Porque era evidente que se estaba muriendo en pie.. .

    Pero morirse porque a uno le llegó la hora, o porque quién sabe quién lo ordena, es una cosa y que a uno lo maten para darle de comer a los bichos que hacen prueba, es Otra cosa...

    Está bien.
***
    El caballo viene hacia él. Siempre hace así. Se queda al lado hasta que él se vuelve hacia el rancho y entonces lo va empujando cariñosamente con la cabeza calzada en sus espaldas...

    Es lo que hace ahora.

***


    De tardecita salió. Ya había resuelto todo.

La resolución era esta: irse al boliche nuevo a pedir fiado. Si el hombre le fiaba, bien. Si no, iría al circo. ¿Qué iba a hacer?

    -Bueno -le dijo al bolichero- yo soy Domínguez, el que vive en el rancho aquel... Soy pensionista pero todavía no vino el pago... necesito gastar dos o tres pesos...

    Y agregó solemne:

    -Si quiere saber cómo cumplo mis compromisos, pregunte en los otros boliches... Cuido más mi nombre que mi ropa... Y tengo fama de aseao.. .

    Sonrió y esperó la respuesta.

    Pero el otro también era especial. Le dijo lo siguiente:

    -Mire, señor Domínguez, siento mucho no poderle fiar, porque usted se ve que es bueno derecho, y porque es pensionista además... a mí la gente pensionista, me gusta mucho. Pero mi capital son cien pesos... Cuando tenga más capital venga no más... ¿oyó?

    Se dio vuelta y se fue.

   -Si algún día tengo plata, -se dijo- lo que es a éste no le compro nada... Se ve que es un desconfiado número uno...

***


    Entre aquel olor a pasto, orines y carne podrida estaban las jaulas.

    El iba por el corredor a oscuras. Las jaulas estaban a los lados. Se sentían movimientos y quejidos y ronquidos, pero no se veía nada. Sólo cuando se paró a hablar con el hombre vio ocho o diez puntos azules, como botones con luz, que sin duda serían los ojos de los leones o de los tigres.

    -Vengo a vender un caballo. Medio grande -dijo.

    -¿Gordo?

    -No. Viejo... Caballo viejo gordo no hay... Pero es un caballo sano...

    -Ocho pesos -contestó el otro. Domínguez preguntó:

    -Dígame una cosa: ¿Cuánto vale un cuero?

    -¿Usted viene a vender un cuero o un caballo?

    -Un caballo.

    -Bueno, si quiere lo trae sin cuero... Y ocho pesos... Y hoy, tiene que ser hoy... Pasado mañana nos vamos...

    -¿Ustedes lo van a buscar?

    -No, lo trae usted, hoy. Pasado mañana nos vamos.

***


    Lo trajo. Venían despacio. Muy despacio. Casi nadie se daba cuenta de que caminaban. Iban en la oscuridad como otra oscuridad que caminaba.

    El caballo le había calzado la cabeza en la espalda, como empujándolo, pero sin duda para no perderse. . .

    Domínguez sentía la cabeza en la espalda como un dolor que le llegaba del caballo.

    Entró. Los bichos parecieron enloquecerse. Sabían que aquello era la comida.

    Lo entregó allí en el corredor lleno de olores ácidos y rugidos.

    -¿Cómo lo matan? -preguntó.

    -Con eso.

    El hombre, con una pequeña linterna señaló un marrón enorme lleno de sangre y pelos.

    -¿Ahora?

    -Sí, antes de la función. Los leones son viejos... Matamos el caballo delante de ellos y no les damos de comer... Cuando entran al circo parecen leones jóvenes.

    Le dio los ocho pesos.

    Domínguez empezó a caminar por el corredor a oscuras como borracho.

***

    Salió a la noche. Estaba enfermo. Con náuseas.

    Entró en el primer boliche, tomó dos o tres cañas y después rumbeó hacia el mercado. Al fin llegó al rancho.

    En medio de la noche sentía los ecos de la banda. Después los rugidos y aplausos y música otra vez. En el cielo la estrella de luces del circo se levantaba como un barco detenido.

    Era muy tarde. Ahora ya no sentía nada ni estaba la estrella de luces. La noche se había vaciado de golpe y en ella quedaba solamente él, al lado de las tunas, con un fuego apagado y un asado que no había comido, esperando que amaneciera.

    No fumaba, no pensaba, no estaba triste, no hacía nada más que estar en la noche, hasta que se dio cuenta que era una bobada esperar que amaneciera.

    No tenía nada que hacer. Ni traer pasto de la laguna.

    Ya nunca, nunca, lo que se dice nunca, tendría más nada que hacer.

    Nada. Nada.


    Entonces se puso a llorar.